«El arte de no amargarse la vida», Rafael Santandreu

El arte de no amargarse la vida no es el típico libro de auto-ayuda que te presenta lo que quieres-o necesitas- leer para sentirte bien un rato.

No te enseña que la vida es de color de rosa ni que hay que ser optimistas cien por cien, ¡pese a todo! Tampoco te invita a buscar el lado positivo siempre ni a repetirte como un loro que eres maravilloso y que tu vida también lo es.
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Es un libro cuyo propósito principal es hacernos fuertes a nivel emocional. Es limpiar la suciedad de tus gafas, esas que están tan sucias que están distorsionando la auténtica realidad, creando una realidad subjetiva basada en las propias creencias irracionales de la persona y provocándose un malestar emocional importante.

Cuando hablamos de creencias irracionales, los psicólogos nos referimos a afirmaciones, evaluaciones, verdades y valoraciones subjetivas que las personas nos vamos formando desde la más tierna infancia sobre nosotros mismos, los demás y el mundo.

Es la manera en la que interpretamos lo que nos sucede, los cristales de nuestras gafas. Si las gafas están limpias, tendremos creencias racionales, tónicas, basadas en la razón y en la realidad que se acompañarán de emociones sanas.

Si los tenemos sucios, albergaremos creencias irracionales, falsas, que no se corresponden con la realidad, que no nos ayudan a conseguir nuestros objetivos y que provocan un gran sufrimiento en la persona. Aún así, para quien las tiene, se convierten en verdades absolutas e indiscutibles y es entonces cuando surgen los problemas emocionales.

 

 

Rafael Santandreu Lorite es un psicólogo y escritor español. Estudió Psicología en la Universidad de Barcelona y se especializó en diversas áreas de psicoterapia en Inglaterra e Italia. Trabajó como profesor de la Universidad Ramon Llul y como traductor de libros de psicología. Fue redactor jefe de la revista Mente Sana, junto a Jorge Bucay.

Su primer libro vio la luz en 2009, Escuela de felicidad. Y tras él, ha continuado escribiendo libros de autoayuda y superación personal como El arte de no amargarse la vida, Las gafas de la felicidad o Ser feliz en Alaska.

Además del éxito editorial, es un colaborador habitual de programas de televisión de divulgación como Para todos la 2 (TVE) y continúa con la psicoterapia.

 

 

Compilación realizada por Lorena Lacaille, escritora, traductora, biblioterapeuta, consultora en feng shui, terapeuta en EFT (técnicas de liberación emocional) y metafísica.

 

 

«La quinta estación» de N.K. Jemisin

O eso, al menos, aseguraba hace unos meses el escritor Daniel José Ruiz en su sonado artículo para el magazine The Millions. En él, Ruiz narraba las dificultades que vivió como niño chicano que crecía en la ciudad de Los Ángeles y que, al mismo tiempo, deseaba pertenecer a una comunidad friki anclada en demasiados casos a modelos sociales retrógrados y excluyentes.

Sin entrar a valorar la burda idea de destino que gobierna gran parte de la literatura de fantasía —denominada con más acierto en inglés sword & sorcery—, lo cierto es que los mundos creados por los herederos de Tolkien no han destacado precisamente por ofrecer una gran diversidad identitaria, ni tampoco por ser capaces de proponer una visión crítica de las relaciones de poder.

La educación sentimental de nuestra generación, la de los nacidos a principios de los 90, estuvo en buena medida a cargo de los Tolkien, Rowling, Paolini primero; de los R.R. Martin y Rothfuss después. Ahora no es raro que esos libros que devoramos en nuestra adolescencia se nos caigan de las manos —lo cual es natural e incluso deseable—, pero hay pocos, dentro de su mismo género, que vengan a sustituirlos.

Y es que el mundo friki ha sido uno de los que con más fiereza se ha resistido a la renovación: fenómenos como el Gamergate o la polémica literaria surgida en las últimas ediciones de los Premios Hugo (el galardón más importante de la ciencia ficción) son una buena muestra de ello.

Precisamente a la cabeza de los renovadores estaba N.K. Jemisin, escritora afroamericana de fantasía y ciencia ficción que, al merecer el año pasado el Hugo con La quinta estación por encima de los escritores propuestos por la sección más cercana a la alt-right, confirmaba que los tiempos, como lo han hecho siempre, están cambiando (no en vano era la primera persona afroamericana en ganar el mítico premio).

La quinta estación, publicada recientemente en castellano por Nova, no es tan solo una novela, sino que es también un símbolo y un arma, por cuanto materializa el programa ideológico y estético de toda una ola de escritores de fantasía (que, no obstante, ya tienen grandes referentes en George R.R. Martin y en autores del New Weird como China Miéville). En el libro se describe el mundo conocido irónicamente como La Quietud, que acosado por terremotos, tsunamis y cataclismos constantes ha visto nacer, malvivir y desaparecer rápidamente sucesivas civilizaciones.

La quinta estación cuenta las historias de tres mujeres de distinta edad que tratan de habitar esa tierra hostil. Las tres comparten una característica: son «orogenes», personas cuya peligrosa (pero útil) conexión neuronal con los movimientos sísmicos las ha llevado a ser poco menos que esclavizadas por el imperio reinante. A través de ellas, Jemisin nos da cuenta del fin de una sociedad cruel e indiferente en muchos casos, pero también compasiva y comunitaria en muchos otros, y del papel que las mujeres orogenes tiene en esta.

Muy consciente del lugar desde el cual se escribe su obra (a veces demasiado, hasta el punto de que los guiños recuerdan a un tic), Jemisin cuestiona todos y cada uno de los elementos característicos de la literatura fantástica: la historia de amor no es nada amorosa, el apocalipsis resulta casi un evento positivo, etc., y crea así una especie de anti-novela fantástica que bien puede indicar el camino por el que transitará el género en los próximos años.

Y si bien es verdad que, por ejemplo, en algunas ocasiones pareciera que los personajes queer son introducidos en la historia como el peaje que un escritor progresista tiene que pagar —la voluntad que intuimos de ejercer a un tiempo como novela y manifiesto puede tener algo que ver—, lo cierto es que en la mayoría de las ocasiones La quinta estación es capaz de problematizar la sexualidad, la raza, el género la clase y la identidad con mucha naturalidad y belleza.

Además del estilo, inteligente y sutil, y de su estructura argumental, interesante aunque quizás ligeramente hinchada en número de páginas debido a la macrocefalia que afecta a la fantasía, quizás el mayor hallazgo del libro sea la «orogenia», esa cualidad que define a las protagonistas del relato y que les permite apagar un terremoto pero también crear una gigantesca falla en la corteza del planeta.

Al contrario que otros de los rasgos que aparecen criticados en el relato, la «orogenia» no tiene una traslación específica en el mundo real. En nuestra sociedad no tenemos personas que nazcan con un superpoder y que, si no son asesinadas por la temerosa población que los rodea, acaben siendo entrenadas y mortificadas para servir al Imperio. Y posiblemente sea un error tratar de encontrar un correlato real a la orogenia (¿inteligencia? ¿judaísmo?), porque justamente lo que ha hecho N.K. Jemisin es crear un «caso práctico» de opresión a través de un método sencillísimo.

Pongamos que una civilización tiene un problema concreto: el terreno sobre el que se asienta es brutalmente inestable. Y que hay personas en esa civilización con la capacidad de controlarlo. ¿Qué sucede? Que se crea una red ideológica con la cual controlar y someter aquellos cuerpos que pueden controlar lo demás. Y aunque el caso no se parezca a nada concreto que conozcamos, su funcionamiento resulta terriblemente familiar.

La quinta estación opera en torno a este hallazgo fundamental —de hecho, el nombre de la trilogía a que da inicio es «La tierra fragmentada»—, cuya sencillez, bien desarrollada por medio de la trama, hace de ella una novela verdaderamente notable.

Habrá que ver por qué camino avanzan los dos restantes libros de la saga, pero si continúan por el sendero que aquí anuncia N.K. Jemisin, todo apunta a que oiremos hablar mucho más de ella en el futuro.

la quinta estacion

Obras

Trilogía de la sucesión

La editorial Minotauro publicó la traducción al español de las dos primeras novelas de esta trilogía.1819

The Dreamblood

Jemisin firmó un contrato con Orbit Books por dos libros en una serie llamada The Dreamblood; el primero de ellos fue publicado el 1 de mayo de 2012, mientras que el segundo está programado para el 12 de junio del mismo año.

  • The Killing Moon
  • The Shadowed Sun
Trilogía de la Tierra Fragmentada

Cuentos

  • «Valedictorian», After, 2012
  • «On the Banks of the River Lex», Clarkesworld Magazine, noviembre de 2010
  • «The Effluent Engine», 2010
  • «Sinners, Saints, Dragons, and Haints in the City Beneath the Still Waters», Postscripts, 2010.
  • «The Dancer’s War», publicado en Like Twin Stars: Bisexual Erotic Stories, Circlet Press, 2009.
  • «Non-Zero Probabilities», Clarkesworld Magazine, 2009.
  • «Playing Nice With God’s Bowling Ball», Baen’s Universe, 2008.
  • «The You Train», Strange Horizons, 2007.
  • «Bittersweet», Abyss and Apex, 2007.
  • «The Narcomancer», Helix, reeditado en Transcriptase, 2007.
  • «The Brides of Heaven», Helix, reeditado en Transcriptase, 2007.
  • «Dragon Cloud Skies», Strange Horizons, 2005.
  • «Red Riding-Hood’s Child», Fishnet, 2005.
  • «L’Alchimista», publicado en Scattered, Covered, Smothered, 2004.
  • «Too Many Yesterdays, Not Enough Tomorrows», Ideomancer, 2004

 

 

 

Compilación realizada por Lorena Lacaille, escritora, traductora, consultora en feng shui, terapeuta en EFT (técnicas de liberación emocional) y metafísica.

EL UNIVERSO TE CUBRE LAS ESPALDAS: DEL MIEDO A LA FE

Aduéñate de tu energía y de tu verdadero poder. Encuentra fuerza cuando estés triste, sincronicidad y apoyo cuando estés perdido, seguridad ante la incertidumbre y alegría gente al dolor. Gabrielle Bernstein tiene secretos que revelarte y está decidida a que liberes tu presencia sabiendo que el Universo te cubre las espaldas.Resultado de imagen para El Universo te cubre las espaldas libro

En palabras de la autora: «Mi compromiso con este libro es despertar a tantas personas como pueda a su conexión con la fe y la alegría. En esa conexión podemos ser guiados a nuestro verdadero propósito: ser amor y extender amor. Estas palabras ya no pueden ser hermosas frases manidas que nos limitamos a colgar en las redes sociales. Deben convertirse en nuestra misión. La felicidad y seguridad que anhelamos residen en nuestro compromiso con el amor.»

 

Gabrielle Bernstein is an American motivational speaker, life coach, and author. Bernstein teaches primarily from the text A Course In Miracles. She teaches a practical application of the Course’s principles emphasizing self-love, forgiveness, and a holistic approach to spirituality. In 2009, Bernstein was featured in The New York Times as a «guru» for the next generation.

In 2008, she founded HerFuture.com, a social networking and mentoring website for women. Bernstein has written four books, and Bernstein has also worked as a public relations entrepreneur and founded the PR firm SparkPlug Communications as well as co-founding the Women’s Entrepreneurial Network, a non-profit professional organization that connects female entrepreneurs.

 

 

 

Compilación realizada por Lorena Lacaille, escritora, traductora, biblioterapeuta, consultora en feng shui, terapeuta en EFT (técnicas de liberación emocional) y metafísica.

 

 

El extraterrestre de Harlan Ellison

Cuentos

El extraterrestre

De vez en cuando me despertaba en la noche sin poder volver a dormir y salía de mi cama para tomar un vaso de agua, en ese entonces encontré a mi nuevo amigo, quien era una persona como cualquier otra y de inmediato nos llevamos bien en la conversación. En mi edificio viven muchas personas y no me pareció extraño que esté en la azotea un chico tan interesante para conversar. Con el tiempo me confesó que no era una persona, sino un extraterrestre, lo cual jamás hubiera imaginado, pero en la planta de sus pies lleva trazos y líneas que son como su fueran el documento de identidad que cada uno de ellos tiene.

Nuestra amistad fue cada vez más fuerte con el tiempo, él me contó sobre todas las cosas que hacía en su planeta y hasta de los viajes interestelares que realizaba con frecuencia. Yo en cambio no tuve más que contar que de vez en cuando tenía conversaciones a través de las redes sociales con personas de otras partes del mundo. Él me ofreció un dispositivo para poder atravesar la pantalla e ir directamente al país de quien estuviera hablando, pero no lo acepté,

otro2Mi amigo con el tiempo me pidió de quedarse a vivir en mi casa y me pareció que estaría bien porque así dejaría de pagar la seguridad del lugar. Con los meses todo se complicó porque él me hablaba de teorías muy conspirativas de su planeta con la necesidad de barrer el mal de la tierra, así lo llamaba. Sin embargo, me di cuenta pronto de que todas las personas que estaban cometiendo algún pecado desaparecían misteriosamente y es que él les quitaba la vida con su rayo PAT que desintegraba en el acto a las personas. Por esta razón tuve que dejar de ver a mi novio y nunca más pensé absolutamente nada sucio por miedo de perder mi vida también. A veces hasta me pregunto si es que este extraterrestre no es más que un fanático de una secta que quiere acabar con todo.

 

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Mundo deshabitado

Esto me pasó un día, me encontraba en mi casa, solo recuerdo haber escuchado una explosión, me desmaye. Al despertarme, todo me parecía extraño, no escuchaba nada a mi alrededor, vi por la ventana, solo vi caos, salí afuera de la casa todo estaba destruido, las calles agrietadas, los árboles derribados, no había señales de vida humana, me asuste tanto de estar solo en un lugar donde todo estaba destruido, me preguntaba ¿qué pasaba? si estaba soñando, tenía que ser una pesadilla, era una alucinación. Cuando de repente veo entre los restos un movimiento, me alegre demasiado salí corriendo, era un pequeño perro, bueno no era una persona pero me alegre de que estuviera con migo para hacerme compañía.

Sobreviví con unas pocas cosas que tenia de comer, nos acomodamos en la casa con Bobby, así le puse al perro, era ya de noche, nos dispusimos a dormir queriendo que a la mañana siguiente fuera todo diferente, pero no al despertar solo me sentía más triste y confundido quería saber que había pasado, ¿porque era yo el único ser humano con vida?

sinDe repente mientras renegaba de lo que me pasaba, escuche que alguien tocaba la puerta de la casa, me alegre pero al mismo tiempo pensé que ya hasta loco me había vuelto, que estaba escuchando cosas, a pesar de eso salí a ver por la ventana, solo vi una enorme luz resplandeciente que me segaba, decidí abrir la puerta, me lleve un gran susto por lo que mis ojos veían, eran una figura extraña, con ropas raras, estaban dentro de una gran nave espacial, inmediatamente me hipnotizaron, porque no sé cómo llegue hasta este planeta en el que estoy, no sé si afligirme más o menos por lo que estoy pasando, estoy en una jaula preso por estos seres , pero por lo menos no estoy solo en este planeta tengo compañía.

 

 

Harlan Ellison nació en Ohio, creció allí e incluso llegó a cursar 18 meses en la Universidad del Estado de Ohio. Al cabo de estos 18 meses tuvo que abandonar la universidad. Un año después, en 1955, era bien conocido por el Fandon de Cleveland, Ohio. Su primera contribución profesional la realizó en 1956 con GLOWWORM para Infinity Science Fiction. Desde entonces no ha dejado de publicar prolíficamente. Poco después de publicar su primer libro de ciencia-ficción, Ellison se mudó a Chicago en 1959 donde trabajo como editor de Rogue Magazine. En 1962 Ellison se mudó a Los Ángeles dónde reside actualmente.

Harlan Ellison es uno de esos escritores a los que no se les pude encasillar totalmente dentro de la ciencia-ficción. De sus casi 90 libros, un tercio son de ciencia-ficción, otro tercio son de fantasía y el resto pertenecen a la corriente general de la literatura. El mismo ha llegado a afirmar que pretende crear un conjunto de obras que transcienda cualquier género. Además de ser un autor muy prolífico ha sido un autor muy premiado. Por citar solo unos cuanto premio debemos citar sus ocho premios Hugo por ARREPIÉNTETE, ARLEQUÍN, DIJO EL SEÑOR TIC-TAC (1966), NO TENGO BOCA Y DEBO GRITAR (1968), LA BESTIA QUE GRITABA AMOR EN EL CORAZÓN DEL UNIVERSO (1969), EL PÁJARO DE LA MUERTE, (1974), ADRIFT JUST OFF THE ISLETS OF LANGERHANS (1975) JEFFTY TIENE CINCO AÑOS (1978) (relato que también obtendría el Locus y el Nebula de 1978), PALADIN OF THE LOST HOUR, (1986), a las mejores representaciones dramáticas por CITY ON THE EDGE OF FOREVER (un episodio de Star Trek) en 1968 y por A BOY AND HIS DOG en (1976) así como los premios especiales de 1968 y 1972 por sendas antologías bajo el nombre común de VISIONES PELIGROSAS. También ganó dos premios Nebula, uno por su novela corta UN MUCHACHO Y SU PERRO en 1969 y el ya mencionado JEFFTY TIENE CINCO AÑOS en 1978. Una relación exhaustiva de todos sus premios se puede encontrar en SPECULATIVE FICTION AWARDS)

En su curriculum hay que incluir 1700 historias, ensayos, artículos, columnas periodísticas, dos docenas de guiones televisivos (TWILIGHT ZONE,BABYLON 5) y una docena de argumentos cinematográficos.

Con estos antecedentes no sorprende que el Washington Post calificará a Harlan Ellison como uno de los más grandes escritores americanos de historias cortas aún vivos o que el Los Ángeles Times dijera: Ya es hora de que se premie a Harlan Ellison con el título de el Lewis Carroll del siglo XX.

Falleció el 27 de junio de 2018, en Los Ángeles a los 84 años.


Bibliografía

  • Amiga fría, Ediciones Dronte, Revista Nueva Dimensión nº 104, (1978)
  • Arde el cielo, Ediciones Dronte, Revista Nueva Dimensión nº 112, (1979)
  • Arrepiéntete Arlequín, Ediciones Dronte, Revista Nueva Dimensión nº 82, (1976)
  • La Bestia Que Gritaba Amor en el Corazon del Universo, Ediciones Dronte, Revista Nueva Dimensión nº 19, (1971)
  • El Circo del Ratón, Nuevas Dimensiones 1, Editorial Adiax, Colección Fénix, (1982)
  • Dormido y con las manos quietas, Ediciones Dronte, Revista Nueva Dimensión nº 30, (1972)
  • Jeffty tiene cinco años, Martínez Roca, Los premios Hugo 78-79
  • Lo mejor de los Premios Nebula, Ediciones B, Colección Nova nº 61, (1994)
  • No tengo boca y debo gritar, Producciones Editoriales, Star-Books nº 9, (1967)
  • Santa Claus contra A.R.A.C.N.I.D.O., Ediciones Dronte, Revista Nueva Dimensión nº 82, (1976)
  • Soldado, Ediciones Dronte, Revista Nueva Dimensión nº 85, (1977)
  • El último hombre, Ediciones Dronte, Revista Nueva Dimensión nº 93, (1977)
  • Vic & Blood, (junto a Richard Corben), Norma Editorial S.A., (1989)
  • Visiones peligrosas, Martínez Roca S.A., (1983)
  • La Voz en el jardín, Ediciones Dronte, Revista Nueva Dimensión nº 100, (1978)

Filmografía

  • Un perro y su chico, (basada e una de sus novelas), (1975)

Series de televisión

  • Un perro y su chico, (basada en una de sus novelas), (1975)
  • Star Trek The City On the Edge of Forever, (guión), (1966)
  • The Starlost , (creador como Cordwainer Bird), (1973)
  • La fuga de Logan, (guión), (1977)
  • The outhers limits, (guión de tres episodios), (1977)
  • Babylon 5, (asistente conceptual de varios episodios), (1977)
  • The Twilight Zone, (guionista de varios episodios y consultor creativo), (1981)

Videojuegos

  • No tengo boca y debo gritar, (guión)

 

Compilación realizada por Lorena Lacaille, escritora, traductora, consultora en feng shui, terapeuta en EFT (técnicas de liberación emocional) y metafísica.

«Psicomagia», de Alejandro Jodorowsky

Alejandro Jodorowsky-Prullansky nace en Tocopilla -Iquique- en 1929. Hoy, radicado en Europa y tras años de basta experiencia y trabajo, este chileno es un reconocido actor, director de teatro y cine de culto; además de terapeuta, tarólogo, escritor y creador de la Psicomagia.

La Psicomagia surge luego de más de 30 años de lectura gratuita del Tarot en un café parisino. Jodorowsky utilizó los Arcanos del Tarot para interrogar a sus consultantes, instaurando lo que denominó la Tarología: una forma sintética de psicoanálisis. En la práctica, constató que las personas anhelaban finalmente un consejo, una solución a su sufrimiento; así, reuniendo todo lo experimentado, inventó la Psicomagia.

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Para el autor, esta disciplina es considerada una técnica de sanación espiritual que propone ACTUAR. ¿Cómo? A través de actos, imágenes, sonidos, olores, sabores o sensaciones táctiles; que nuestro inconsciente acepta como la realización simbólico-metafórica de la “solución” que buscábamos, liberándonos.

Según su creador, para practicar Psicomagia es necesario:

– Tener una actitud comprensiva consigo mismo; aceptando nuestros deseos sin juzgarlos y siendo verdaderamente auténticos.

– Realizar las predicciones de manera metafórica; es decir, entregarnos a ellas.

– Estar dispuestos a hacer algo que nunca hemos hecho. Para sanar hay que cambiar de punto de vista acerca de nosotros mismos.

– Comprender que mientras más difícil sea realizar el acto, más beneficios obtendremos de él. Para sanar, necesitamos una férrea voluntad.

– Siempre terminar el acto de una forma positiva. Agregar mal al mal, no cambia nada; sólo así, el acto psicomágico puede ser transformador.

Basado en los actos cuyo resultado fue sanador para sus consultantes, Jodorowsky elaboró un libro de “recetas” con consejos para ser utilizados en distintos casos. Así, en 2009, surge el “Manual de Psicomagia”; libro que contiene desde recomendaciones para dejar de fumar hasta consejos para superar el pesimismo, la eyaculación precoz, el mal de amor, los celos, etc.

 

¿Para qué sirve un acto psicomágico?

La finalidad de un acto psicomágico es la de sacarnos de la jaula psíquica en la que nuestra familia, nuestra sociedad y nuestra cultura nos han dejado. Pretende evitar repetir los problemas que sufrieron nuestros antepasados, por tanto busca romper los círculos viciosos en los que estamos estancados a nivel intelectual, emocional, creativo-sexual o material.

Pero mi problema es mío ¿Qué tiene que ver la familia?

Nuestros problemas no son individuales ya que conciernen a toda la familia. Cuando nosotros nos hacemos conscientes de los mismos, la familia también evoluciona. Para salir de una dificultad hay que modificar en profundidad nuestra relación con nosotros mismos y con el pasado.

¿Qué relaciones se observan entre la psicogenealogía y los actos psicomágicos?

El árbol genealógico es un sistema de imitaciones y repetición. En caso de que no nos liberemos de la cadena mediante el acto psicomágico, estamos condenados a repetir los errores de nuestros ancestros. Nos sanamos cuando eliminamos la repetición, la comprendemos, o la repetimos en una forma positiva.

¿Qué valor tiene el acto simbólico sobre la palabra para alcanzar la sanación?

Es una cuestión emisión-recepción de mensaje. Para que un mensaje llegue a su destino y sea entendido, es imprescindible que el código sea adecuado al receptor y que la dirección sea la correcta. La palabra pertenece a lo conciente, a la razón, mientras que el acto simbólico pertenece inconsciente, a lo irracional. Sencillamente, los conflictos no se almacenan en forma de palabras en el plano de la razón, sino en forma de símbolos, como el lenguaje de los sueños y en el plano de lo corporal. Para poder acceder a ellos hay que usar la metáfora, para que el inconsciente lo entienda, al tiempo que hay que actuarlos con el cuerpo, para acceder a donde realmente están almacenados.

¿De dónde sale el acto y hacia dónde va?

El acto sale del inconsciente del psicomago que se desidentifica de su Yo y entra en una especie de trance o auto-hipnosis. Es un contacto directo con el inconsciente del consultante. Esa receta va directamente al centro de la diana del conflicto de éste.

¿Qué relación se establece entre psicomago y consultante al recomendarle el acto?

El consultante debe hacer exactamente el acto que le dice el psicomago, por eso debe anotarlo inmediatamente, para evitar fallos de memoria. Suele suceder que afloran resistencias más o menos inconscientes para no realizarlo, o tendencia a inventar modificaciones que suavicen lo que parece de entrada un “imposible”. El consultante, una vez realizado el acto, debe escribir al psicomago diciéndole cual era su conflicto, que acto le recomendó, así como el desarrollo y el resultado del mismo.

Soy muy tímido y tengo que dar una conferencia, necesito un acto psicomágico muy sencillo

Depende del grado de timidez y de otros factores relacionados con su árbol genealógico, pero podría funcionar que antes de salir al escenario se llenara el pecho de medallas debajo de la ropa, incluso valdría la imagen de una gran medalla mental. Eso le daría valor.

Suena poco racional

Un acto psicomágico es a la vez irracional y racional: irracional en apariencia, pero racional en la medida en que la persona sabe por qué tiene que realizarlo. Por otra parte, todo acto psicomágico tiene efectos perversos, es decir, incontrolados, que constituyen precisamente su riqueza…

En realidad parece que sólo es teatro

Todo acto psicomágico debe ser teatral. Los médicos filipinos que abren con un cuchillo y sacan sangre de pollo, su curación en realidad es un acto teatral. Es una cirugía inventada, teatralizada. Cuando yo me pongo a meditar en un templo zen, son actos teatrales. Una misa es un acto teatral. Cuando el Papa aparece en su ventana es un acto teatral

¿Dónde está el efecto positivo del teatro?

El teatro es un lenguaje artístico que comprende nuestro inconsciente, ahí reside su positividad. Sigmund Freud trató de alcanzar al inconsciente usando la palabra, pero el problema es que el inconsciente no entiende las palabras. No son las palabras las que curan, sino los actos.

Esa obsesión por la acción ¿No es suficiente con comprender a nivel intelectual?

Las cosas que experimentamos con nuestro cuerpo se quedan grabadas para siempre, en cambio las palabras…muchas veces se las lleva el viento. Si después de una toma de conciencia no actuamos, en el fondo nos quedamos igual.

¿Cuál es la manera en la que se diseñan estos actos?

El psicomago establece una comunicación con el consultante que va de inconsciente a inconsciente. Puede escuchar su relato, leerle el Tarot, montar su árbol genealógico y a continuación recetar un acto que considere apropiado…

¿El acto psicomágico está redactado en un idioma que comprende nuestro inconsciente?

Un acto psicomágico es una escenificación simbólica que contiene las claves de la solución del trauma a sanar. Es el único “idioma” que se habla en el reino del inconsciente, en donde anidan los conflictos.

Sería muy interesante disponer de un diccionario de actos psicomágicos. ¿Existe algo así?

Un psicomago es un artista sanador que trabaja con la intuición, por eso no hay “actos tipo”, ni un “supermercado de la psicomagia”. Es cierto que a veces, podemos oír o leer actos que han realizado otras personas y que algo resuene en nuestro interior, decidamos repetirlo y finalmente logramos el objetivo esperado.

¿Cuál es el alcance de esta curiosa medicina?

La solución psicomágica abarca un área infinita de posibles conflictos a sanar, desde curar una adicción, hasta hacer desaparecer las verrugas, pasando por conseguir llegar al orgasmo, prosperar económicamente o filmar una primera película.

 

 

 

Compilación realizada por Lorena Lacaille, escritora, traductora, biblioterapeuta, consultora en feng shui, terapeuta en EFT (técnicas de liberación emocional) y metafísica.

Del crimen a la escritura: Anne Perry

  • «Sabía que había hecho algo malo y que debía soportar el castigo. Pero luego dejé de pensar en ello»»Nunca pienso en mí misma con 15 años, pero eso no quiere decir que me asuste verme tal y cómo era» «Soy optimista respecto al género humano. Por eso midentifico con Pitt, mi personaje preferido» «En mis historias se mata por miedo, o por ira. El asesino cuenta a menudo con mi comprensión»
  • Escritora británica, popularmente conocida como la Reina del crimen victoriano por sus dos series de novelas de misterio: una protagonizada por el Inspector Thomas Pitt y su esposa Charlotte -iniciada en 1979 con el título «Los Crímenes de Cater Street»-; y la otra protagonizada por el detective amnésico William Monk, junto a la enfermera Hester Latterly y el abogado Oliver Rathbone -que se iniciara en 1990 con el título «El rostro de un extraño»-. Anne Perry también ha desarrollado una serie de novelas ambientadas en la Primera Guerra Mundial y breves relatos navideños.
Juliet Hulme, hasta los 20 años de edad, se convirtió en Anne Perry para olvidar que era una asesina. A los 15 años, junto con una amiga mató a ladrillazos a la madre de esta, en un bosque de Nueva Zelanda. Dada la juventud de ambas, la pena de muerte se convirtió en más de 5 años de cárcel, los mismos que han transcurrido desde que el estreno de la película Criaturas celestiales, reabrió el suceso ocurrido en 1957. Muchos años después de intentar rehacer su vida en Inglaterra y en estados Unidos, esta autora de novelas policiacas alcanzaba el éxito. Nadie podía imaginar que tras su nombre, tras sus historias victorianas, se ocultaba la historiade un crimen real.

Anne Perry escribe exitosas novelas policíacas, pero cuando tras sus ojos azules buscas la sombra de un crimen, no persigues una ficción. En su caso la realidad es mucho más poderosa que cualquier argumento inventado. Ella fue una asesina. En 1957, cuando tenía quince años, junto a su amiga Pauline, mató a la madre de ésta. Ocurrió en Nueva Zelanda. Allí golpearon con unos ladrillos la cabeza de la víctima hasta quitarle la vida. El crimen conmocionó a la sociedad del lugar, y las dos adolescentes, que debido a su edad se salvaron de la pena de muerte, fueron condenadas a cinco años y medio de prisión. Luego, nuestra protagonista, cuyo verdadero nombre es Juliet Hulme, lo cambió por el de Anne Perry. Comenzó una nueva vida, se convirtió en escritora de novelas policiacas y se hizo famosa. Y de pronto, hace ahora cinco años, el estreno de una película de horror y sexo, Criaturas celestiales, basada en aquel lejano suceso, puso en marcha el pasado, y desveló que la escritora Anne Perry era en realidad una de las autoras del crimen. «En ese momento pensé, -dice ella, a los sesenta años-, que todo regresaba de nuevo, que mi vida se iba a arruinar para siempre. Fue uno de los momentos peores de mi existencia». Sin embargo nada de eso ocurrió, recibió el apoyo de cientos de personas, montones de cartas. Ella cree que fue gracias a la ayuda divina, y al sugerirle que, quizas, simplemente la gente resultó ser más generosa de lo que ella esperaba, insiste tajantemente: «Ha sido Dios, estoy completamente segura».Han transcurrido 45 años desde que el «crimen» tuvo lugar. Aún resulta atroz imaginar a las adolescentes matando fríamente a la madre de Pauline. El diario de ésta fue la prueba que las incriminó ante la justicia. Sin embargo Anne Perry piensa que había muchas razones para que ella actuara como lo hizo. «Yo tomaba muchas medicinas, estaba muy enferma, y cerca de la histeria. Mis padres iniciaban su separación y eso me hacía sufrir mucho. Lo único que recuerdo es que en aquel momento las cosas se me estaban yendo de las manos y que me sentía obligada hacia Pauline. Ella se mataría, era mi certeza, y yo sería la responsable de su muerte si no accedía a sus deseos. Me encontraba muy sola y carecía de la fortaleza suficiente para hacer frente a la situación».

-¿Ha vuelto a ver a Pauline?

-No, no me gustaría. Ella se portó muy bien conmigo, venía a verme todos los días mientras permanecí en cama, me escribía al hospital, pero no deseo verla. Anne Perry, o Juliet Hulme, nació en Inglaterra. Su padre era profesor de matemáticas en la universidad de Cambridge. Cuando ella tenía doce años la familia se trasladó a Nueva Zelanda. Era una niña enferma, que acudía al colegio de vez en cuando. Eso podría explicar que solo llegara a tener una amiga, Pauline, cuyos padres regentaban una pescadería. En el juicio salió a relucir una posible relación lésbica nunca confirmada. «Yo era una niña abierta, con una lengua demasiado rápida para decir todo lo que me parecía divertido o inteligente. Era una buena estudiante y quizás por eso arrogante, imaginativa y soñadora. Claro que lo importante es cómo te ven los demás». Anne añade que entonces creía ser la personalidad dominante, pero que con el tiempo ha comprendido que la dependencia puede significar poder y ahora piensa que ella permitía que Pauline ejerciera ese poder sobre ella. «Era la tiranía del débil».

Desde hace siete años, Perry vive cerca de Portmahomack, un pueblo de pescadores situado a una hora en coche de Inverness, una ciudad al norte de Escocia. Es una mujer muy alta, se mueve con empaque. Está orgullosa de su casa, un edificio escocés restaurado, de su jardín lleno de rosas por el que dice no pasear nunca. Todo el tiempo sus respuestas y comentarios basculan entre la manifestación de una íntima satisfacción consigo misma, y una especie de candor; como si creyera que todo lo que en este momento le rodea, o le sucede, fuera causado por un milagro. Es el mismo candor que aparece entre las líneas de su escritura, de historias sangrientas pero simples, de personajes lineales. Mantiene la misma actitud cuando hablamos del «crimen», al que nunca se refiere en esos términos, evitando llamar a las cosas por su nombre. Dice, «aquello», «lo que ocurrió entonces», «los hechos». Y parece que al mencionarlo hablara de un incidente menor. Sonríe y explica: «Oh sí, desde luego, pero «aquello» se me borró pocos meses después de que ocurriera». Como si hubiera olvidado guardar en la nevera un tarro de mermelada.

Al preguntarle cómo vivió sus años de cárcel, donde pasó desde los quince hasta los veinte años, por ejemplo, si fue algo horrible, dice que sí, pero lo hace con su voz melodiosa mientras mira con sus insistentes ojos azules. Luego añade que lo peor de todo fue no poder tomar un baño en todo ese tiempo, no comer fruta fresca, no escuchar música, pintar. Leía mucho y memorizaba durante horas en la oscuridad. ¿Tal vez para no recordar? «Oh, supongo. Quizás. Si lo que te rodea es horrible utilizas la mente para evadirte». Respecto al sentimiento de culpabilidad, comenta: «Oh, supongo que lo tenía, quizás; sabía que había hecho algo malo y que debía soportar el castigo. Pero luego dejé de pensar en ello».

-¿Usted recuerda el momento del crimen?

-Oh, no ¡Nadie recuerda lo que hizo a los quince años!

Anne Perry juega a tener completamente dominada su memoria. Por eso tarda en desvelarse el modo en que la escritora asumió su pasado, supo utilizarlo, y hasta sacarle provecho. Finalmente reconoce, pero siempre hablando en términos generales, que es necesario estar de rodillas, completamente abajo, tirado en el suelo, diciendo me equivoqué, para empezar a superar algo terrible. Añade la coletilla de que, en cambio, no hay que sentir pena por uno mismo, y que ella es, sobre todo, alguien que ha aprendido. «Lo contrario sería una enorme tragedia. Yo, nunca pienso en mí misma a la edad de 15 años, pero eso no quiere decir que me asuste verme tal como era, porque la gente tiene derecho a cambiar». Enseguida añade un, gracias a Dios; porque Dios sale a relucir frecuentemente a lo largo de su conversación.

Se siente bien, entre otras cosas porque ha sabido crear un mundo propio. A una milla de su casa, vive su madre, que tiene 86 años, y a unos pocos metros su amiga Meg, su asistente personal desde hace 22 años. Y con ellas, los cuatro hijos de Meg y los veinte gatos que reúnen entre ambas. Anne y Meg se conocieron en una iglesia mormona. Hoy los hijos de Meg consideran a Anne como una segunda madre. Meg lee sus manucristos, que escribe siempre a mano, sentada en un sillón, pero sólo hace ocho años que la escritora puede pagarle por este servicio. Ahora las dos se ríen de los tiempos de penuria económica cuando apenas tenían dinero para sobrevivir. Ahora Anne Perry es una mujer rica, que puede permitirse el lujo de ser generosa con los hijos de Meg, lo que comenta llena de orgullo; uno de ellos, Simon, es su jardinero, y la que es su esposa, pasa a máquina las páginas que Anne escribe con letra menuda seis días a la semana y desde las nueve de la mañana a las seis de la tarde.

Pero antes, entre los veinte y los treinta años, la vida de Anne Perry, no fue nada fácil. Al salir de la cárcel fue a la universidad, donde estudió historia, y luego vagó por trabajos diversos; fue secretaria, recepcionista, empleada en una compañía de seguros y hasta en una empresa de limusinas en Hollywood. Y todo el tiempo cargando con su nombre falso. «Mire, dice con su cálida sonrisa, alguien sí sabía quién era yo. No tuve más remedio que decírselo a las autoridades norteamericanas para obtener mi visado de entrada en aquel país».

«Realmente han pasado cuarenta años desde entonces, el mundo ha cambiado y también mi vida. Cuarenta años es mucho tiempo».

Su vida, parece construida a base de saltos mortales, el primero de los cuales es, sin duda, el crimen. Pero muchos años más tarde, otro acontecimiento marcaría su existencia. Vivía en Estados Unidos, el día que entró en la Iglesia de Jesucristo y los Santos del Último Día. Entonces se convirtió; se hizo mormona. Explica la naturaleza de su fe y se hace evidente la importancia que ésta tuvo para Anne Perry. «La mayoría de las religiones», -dice-, «parten del pecado original, de la pérdida de la inocencia del hombre, y todas persiguen recuperar esa inocencia, volver al paraíso. Los mormones, en cambio, creemos que el hombre no perdió la inocencia, que es inocente y pecador inexorablemente. Lo importante es seguir adelante con la experiencia que cada uno ha tenido, con lo bueno y lo malo. Los mormones aceptamos a las personas tal como son, por muy espantosos que sean los pecados que han cometido».

Anne Perry se agarró a la fe mormona, la herramienta que necesitaba para seguir adelante. «Si», reconoce, «es absolutamente cierto. Y también me proporcionó una red de amigos que me comprenden y me aceptan tal como soy». En ese pequeño mundo que se ha construido en la costa escocesa, cuenta con la cercanía de una comunidad mormona. Los gatos de Anne, y los de Meg, entran y salen, corretean por el jardín y la casa. El salón principal es enorme, está casi vacío. Sólo el dormitorio parece una habitación vivida, y el estudio donde trabaja. Situado en la parte más alta de la casa, por su gran ventanal se ve la de Meg, y el bosque de árboles enormes y rododendros salvajes que tapizan el paraje. En ese estudio escribe sus novelas ambientadas en la época victoriana; un momento histórico que le permite prescindir de conocimientos forenses para elaborar sus historias. No le interesan las huellas digitales, o los modernos métodos científicos de investigación policíaca. Lo que le importa es la gente, y por tanto los personajes. «Ellos conocen la naturaleza humana y actúan guiados por el sentido común».

En la comida, al preguntarle por qué comienza siempre sus novelas con el relato de un crimen, aclara que es para agarrar la atención del lector, porque si no lo consigues en las dos primeras páginas, lo habrás perdido para siempre.

Llegados a este punto de la conversación, al preguntarle porqué empezó a escribir policiacas, dice que su padrastro le contaba la historia de Jack el Destripador. Insistía en que aquel asesino podía ser cualquier persona, que iba bien emboscado bajo una identidad normal y corriente, que quizás un día alguien se iba a llevar una gran sorpresa al descubrir quién era. «Eso me dió la idea de escribir historias terribles protagonizadas por personas que están cerca de nosotros, y que no son como pensamos. Porque todo el mundo guarda algo en su interior que no quiere que se conozca; cosas de las que se averguenza».

¿Habla por propia experiencia?

-Oh, sí, supongo que sí. El caso es que desde que escribió su primera novela policíaca, Crimenes en Carter Street, fue aceptada de immediato. Le pagaron 3.000 libras de las de 1976 y desde entonces no ha parado de publicar. Escribe un libro al año, ahora dos, desde que ha creado una nueva serie protagonizada por un policía.

A medida que sus obras aparecían en el mercado, el nombre de Anne subía como la espuma. Primero fue superventas en Estados Unidos y en su país, luego en Francia, ahora crecen sin parar sus lectores españoles. Sus historias atraen a la gente. Tanto como las de su compatriota Agatha Christie, con quien no le gusta que la comparen porque «Christie plantea unas tramas más inteligentes, más complicadas, pero eso no es lo que a mí me interesa, que es explorar en el interior de los personajes». En cuanto a Patricia Highsmith, piensa que es demasiado pesimista y negativa. «Yo soy optimista respecto al genero humano. Por eso me identifico con Pitt, uno de mis personajes preferidos, que es un policía comprensivo con las flaquezas humanas, tolerante».

Dice que el pasado le ha enseñado que las cosas no son blancas o negras, y a no juzgar demasiado rápido a los demás. Para explicarse mejor, recurre a un ejemplo: «Como tengo un acento educado, cultivado, mucha gente me ha dicho que tuve suerte de haber tenido oportunidades para educarme. Luego se sorprenden, al conocer mi pasado, y darse cuenta de que todo cuanto tengo me lo he ganado a pulso».

-¿Por eso, por el aprendizaje, no renunciaría a nada de lo que ha vivido?

-Cambiaría lo que hice, «aquello»; pero no la experiencia que me ha hecho ser como soy, las enseñanzas que aquello me proporcionó. Los crímenes que narra en sus novelas son sangrientos, espantosos. Ella se muestra de acuerdo con esta opinión, pero quiere puntualizar. «Porque si se mira con detenimiento» -dice-, «se verá que en mis argumentos ninguna persona muere de forma lenta y dolorosa; si hay detalles escabrosos, como mutilaciones, siempre han sucedido tras la muerte de la víctima. Si hay un envenamiento, éste muere mientras duerme. Es decir, la muerte siempre es rápida».

Hablamos de una de sus historias, donde varios hombres, tras ser asesinados, son mutilados salvajemente, cortándoles los genitales. Ella interrumpe para decir: «No puedo decir que estuviera bien lo que hicieron esas chicas, las asesinas, pero, es comprensible. Ellas matan movidas por la ira de la justicia».

Perry piensa que cuando alguien comete un asesinato, suele hacerlo, básicamente, por dos motivos; por miedo, y por carecer del tiempo suficiente para juzgar mejor la situación. Pero a veces también se mata por un sentido de la justicia, por la ira que produce la injusticia. Y por avaricia, un motivo muy poco atractivo para la escritora; o por celos, un motivo poco interesante. Piensa que en sus argumentos, normalmente hay una mezcla de varias razones, y siempre huye de la locura como motivación, porque no es buena a nivel dramático. «En mis historia se mata fundamentalmente por miedo, o por ira, y el temor puede ser por uno mismo o por otra persona. Y en esos casos, el asesino cuenta a menudo con mi comprensión. Si alguien tiene miedo, está entre las cuerdas y no encuentra salida, uno puede entender que se llegue a matar». En una de sus historias, una mujer asesina a su marido porque está abusando de sus hijos de forma regular y no encuentra otro medio para acabar con la situación. Perry pregunta: «¿No cree que cualquiera puede ponerse en el lugar de esa mujer? Lo que intento con mis libros es que todos comprendamos que una persona, en ciertas circunstancias, puede llegar a esos extremos, y que eso nos haga pensar dos veces antes de juzgar a los demás».

En su opinión, todo escritor lleva a sus textos lo mejor y lo peor de sí mismo. Nadie puede narrar una historia realmente fuerte sin haber vivido algo igualmente fuerte. Así que, dado que Perry es una persona que sabe de tragedia y muerte, está capacitada para inventar esa clase de argumentos. Verdaderamente, ha logrado convertir la más terrible experiencia de su vida en algo positivo y muy rentable, lo que no deja de ser fascinante. Además, el descubrimiento de su verdadera identidad, un secreto cuidadosamente guardado, le ha permitido iniciar una nueva vida. Perry, por fin, puede decir quien es y vivir en paz.

 Laberintos de la noche

Ediciones B ha lanzado la vigésimo primera novela de la serie protagonizada por William Monk y su esposa Hester; se trata de Laberintos de la noche (Corridors of the night).

Laberintos de la noche de Anne Perry
Los hermanos Rand -Magnus, un médico astuto, y Hamilton, un genio de la química- buscan obsesivamente una cura para lo que por entonces se conoce como la «enfermedad de la sangre blanca».
En un anexo del Hospital de Greenwich, la enfermera Hester Monk está atendiendo al adinerado Bryson Radnor, uno de los pacientes moribundos de los hermanos Rand, cuando topa con tres niños débiles y aterrorizados, y se da cuenta con horror de que los dos científicos los han comprado para realizar experimentos con ellos. Los Rand están a punto de conseguir una cura milagrosa, y no pueden correr el riesgo de que se conozcan sus experimentos…
Antes de que Hester pueda revelar el secreto, ella también cae prisionera. Mientras el comandante Wiliam Monk y sus fieles buscan a Hester en las oscuras calles londinenses y la bella campiña inglesa, el tiempo se agota para la valiente enfermera y los niños a los que intenta proteger.

 

 

Compilación realizada por Lorena Lacaille, escritora, traductora, consultora en feng shui, terapeuta en EFT (técnicas de liberación emocional) y metafísica.

«Para personas altamente sensibles», Karina Zegers

Karina nace en el año 1952 en Ámsterdam, Holanda. Desde muy joven empieza a viajar a España, donde viven sus abuelos. A los catorce años decide que quiere estudiar filología española y ser traductora, lo que consigue años después. Sin tan siquiera intuirlo, había elegido una profesión ideal para una persona de Alta Sensibilidad. A los 28 años se casa con un gallego, y con él tiene dos hijos. Cuando se divorcia diez años más tarde, coge a sus hijos y su ordenador, y emigra a Mallorca, sitio dónde, desde muy pequeña se ha sentido bien. El paisaje y la luz de esta bella isla le calman y le ofrecen la posibilidad de disfrutar más de la vida.

Mientras estudiaba trabajaba –en plan voluntario- como asistenta social con inmigrantes y refugiados políticos, en concreto con la ONG ‘Migrante’ que inicialmente se ocupaba de emigrantes españoles que llegaban a trabajar a Holanda, y más tarde de otros colectivos inmigrantes, de Chile y de Argentina fundamentalmente. Fue con este último grupo, los refugiados políticos, cuando realmente aprendió a “escuchar”.

Por esa capacidad de escucha, la gente le busca para contarle sus problemas y hablarle sobre las dificultades en la vida, aunque han de pasar muchos años más hasta que ‘por casualidad’ descubre que forma parte de ese gran grupo de personas que hoy en día llamamos Personas con Alta Sensibilidad o PAS. La alegría de descubrir que su sensibilidad elevada no es un “defecto” le lleva a dar un siguiente paso: Aprender todo lo que se sabe sobre la Alta Sensibilidad, de buscar un coach altamente sensible como ella, y luego aprender cómo ser coach (entre otras formaciones da del Coach Training Alliance en los EEUU) para ganar la capacidad de poder ayudar a todos que se sienten abrumados por su elevada sensibilidad y intensa emocionalidad, como a ella le había pasado. Después de haber sacado la certificación de “life-coach” con el CTA, ha cursado varios trainings con el Relationship Institute para especializarse en coaching para solteras/os buscando pareja, y para parejas que buscan mediación en conflictos o que simplemente quieren llegar a una profundización de la relación, por ejemplo mejorando la comunicación.

Aparte de su titulación y certificación como coach, es mediadora en conflictos, certificado por el School voor Mediation, y está registrada en el registro holandés de mediadores en conflictos, el NMI.

En 2014 funda la Asociación de Personas con Alta Sensibilidad de España (APASE)que tiene como objetivo principal la divulgación del rasgo de la alta sensibilidad en el mundo hispanohablante y fomentar la investigación del mismo, de la cual es presidenta hasta su jubilación en la primavera del 2018.

En marzo 2018 recibe una invitación personal por parte de la Dra. Elaine Aron de participar en una formación privada, enfocada en la profundización del rasgo y la investigación científica, recibiendo su certificación como “consultant and speaker”© junto con otros 14 participantes.

En junio 2018 forma parte del Comité Directivo y organizador del Primer Congreso Internacional sobre la Alta Sensibilidad© organizado desde la Línea de Investigación en “Motivación, Actividad Física y Salud” del Departamento de Psicología Básica de la Universidad de Valencia.

 

Descubre si eres una Persona Altamente Sensible y aprende a gestionar el día a día
La alta sensibilidad es un rasgo de la personalidad que presenta un 15-20 por ciento de la población. Se trata de una característica neutra que no significa ser especial ni tampoco mejor. Pero una persona altamente sensible (PAS), con la emocionalidad a flor de piel, ha de reconocerse como tal para entender las cosas que le pasan; saber dónde están sus límites; explicarse por qué a menudo siente que el mundo está lleno de alfileres que hacen daño. Sacarle partido a esta cualidad del carácter depende de uno mismo y del trabajo individual para lograr mantenerse fuerte a pesar de ser vulnerable, y así poder disfrutar de la vida.

 

 

Compilación realizada por Lorena Lacaille, escritora, traductora, biblioterapeuta, consultora en feng shui, terapeuta en EFT (técnicas de liberación emocional) y metafísica.

Un escritor de éxito en cadena perpetua por asesinato: Curtis Dawkins

Primero mató a una persona, luego escribió un libro. Antes había estudiado un máster de Humanidades y, mucho antes, había empezado a notar los efectos de sus problemas mentales, que intentó combatir a base de drogas y alcohol. Pero la historia de Curtis Dawkins no es tan sencilla. El motivo por el que le pegó un tiro a Thomas Bowman y ahora cumple una cadena perpetua en una prisión de Michigan (Estados Unidos) va más allá del contexto, de las circunstancias. «No habría disparado a un hombre si no hubiese estado colocado, pero hay problemas más profundos. Nunca es SOLO por las drogas y el alcohol. Asumo mi culpa», cuenta el escritor a ABC a través de correo electrónico.

Dawkins había empezado a escribir una década antes de cometer el asesinato, en 1994, cuando la empresa de sus padres se incendió y decidió volver a sus estudios para convertirse en escritor. Su vida, sin embargo, siguió por otros derroteros. Se casó, formó una familia y consiguió un trabajo como vendedor de coches. Pero todo cambió en 2004, una noche que consumió crack y destrozó muchas vidas: la de Bowman, la suya, la de los familiares de ambos. Ya en prisión, con el crimen a sus espaldas, la literatura se convirtió en su «salvavidas». «Si no hubiese escrito nada, no estaría aquí hoy», confiesa ahora.

Cada día, dedica unas cuatro horas a escribir, aunque podrían ser más. «He visto programas de televisión sobre cárceles rusas donde cada segundo está estructurado, lo que me parece una pesadilla. Yo básicamente vivo mi vida. Tengo un trabajo de prisión como limpiador. Pero si quisiera podría escribir 24 horas al día», afirma. De ese empeño nació un libro de relatos que llamó la atención de Scribner’s, una de las principales editoriales estadounidenses, que le ofreció un adelanto de 150.000 dólares. Finalmente, la obra se publicó en julio de 2017. Ahora, después de haber cosechado buenas críticas en su país, en las que se destacaban los méritos literarios de su criatura, «Hotel Graybar» llega a España de la mano de Seix Barral.

Los relatos de Dawkins hablan de la cárcel, de los presos, de lo que se queda fuera, del mundo inmenso y ya lejano, de la esperanza, pero también de la asunción de la culpa. Es una mirada, cuenta, distinta. «La mayoría de los presos no han tenido una educación académica, que es la razón por la que el mundo rara vez escucha su voz. Parte de mi propósito era darles a estos chicos una voz, y una que no viniera de la mano de algún idiota que enseña clases de escritura en prisión», asevera. Una mirada, insiste, honesta: «No hay nada que me cabree más que un libro deshonesto».

Quizá por ello, las historias de «Hotel Graybar» se construyen a partir de sus experiencias directas de la cárcel. Pretenden ser veraces, aunque están siempre filtradas por su ojo de letraherido y admirador de Pynchon, DeLillo o Joy Williams. El cuento que abre el libro –«La prisión del condado»– fue también el primero que escribió, y le vino a la mente mientras pasaba la cuarentena obligatoria para todos los que entran en la prisión del condado de Michigan. De hecho, usó el nombre de uno de sus compañeros, pero sus abogados le aconsejaron que lo cambiara. A pesar de todo, en el relato se palpa esa sensación de claustrofobia y se sufren esas relaciones extrañas (y obligadas) que se establecen entre los desconocidos.

De lo que no habla este libro es de la noche en la que Dawkins mató Bowman, una culpa de la que no se ha liberado a pesar del tiempo, que todavía lo asalta ciertos días, ciertos momentos. «Podría escribir sobre aquella noche. Sería fácil ficcionalizarla y no hay nada que no se pueda hacer ahí, pero no quiero. Tengo conciencia y no me sentiría bien haciéndolo. Mi pareja, la novelista Kimberly Knutsen, ha escrito sobre aquella noche desde su perspectiva, pero yo no lo necesito», explica.

Aquella noche, disparó un revólver Smith & Wesson del calibre 357 que se había comprado para sentirse protegido porque trataba constantemente con narcotraficantes. Formaba parte de su paranoia in crescendo. Ahora no piensa lo mismo. Dawkins está a favor de una legislación más severa con el control de armas. «Ojalá me hubieran denegado el arma por mi historial mental. No estaría aquí. Nadie necesita un fusil. Nadie con problemas mentales necesita un arma. Sí, necesitamos una regulación más estricta», remata.

 

 

 

Compilación realizada por Lorena Lacaille, escritora, traductora, consultora en feng shui, terapeuta en EFT (técnicas de liberación emocional) y metafísica.